10 años

p Fines del 2.008, estaba en búsqueda de algo que me llene el alma, a la salida de Misa Liliana y otros miembros del grupo, me invitaron a este grupo que se estaba formando. Acepté la propuesta, pero nunca me imaginé que me iba a enganchar así. Es como un mundo aparte, es tener además de tu familia de sangre, otra familia que también está siempre. br /  Año 2.009, Calle Florida (Yerba Buena), casa de familia (todavía sin sede propia), a pocas cuadras de la Parroquia del Valle se juntaba un grupo de jóvenes con dos Líderes al mando que esperaban ansiosos a que llegue una buena cantidad de gente para poder empezar la primera reunión del grupo de “Pastores” (grupo mayor de jóvenes), solo recuerdo de ese día la energía que salía de adentro. br /  Se venía hablando de un Retiro del grupo. Al escuchar, empecé a mirar al costado. Con miles de escusas de todo tipo. ¿Un retiro? ¿Y si esto no era para mí? Jugaba el Decano de local, con un amigo ya habíamos quedado para ir los dos. Al fútbol no se le dice que no, ni mucho menos si es con un amigo, o grupo de amigos. Pero ante la insistencia de mamá, accedí al Retiro. ¿Dónde me estaba metiendo? ¿Habré estado bien en clavar a mi mejor amigo? ¿Para qué? ¿Por qué?, o ¿Por Quién? Retiro sin dudas inolvidable. Consolidación: un 100%. Ya era parte de la familia. br /  Lo demás llegó por añadidura, solo, así, sin que nada ni nadie me pregunte si quería hacerlo. Ya era como una necesidad de ir jueves de por medio a las reuniones para reencontrarme con mis nuevos amigos y con un amigo que lo tenía, pero no tan presente: Jesús. br /  Los años iban pasando, reunión tras reunión, retiro tras retiro, fui entendiendo poco a poco lo que me iba marcando Dios en la ruta, lo que me iba pidiendo, cómo debía trazar mi camino junto a Él y junto a nuestra Amada Virgen de Lourdes.  Entonces empecé a ser Keyfa (coordinador de grupo). Hoy en día, estoy en el que para mí, es el mejor grupo de Keyfas que tiene Apóstoles.br /  También se empezó a hablar de ir a La Cruz a misionar una vez al mes. Como un novato inocente caí. Y ahí estaba levantándome un sábado muy temprano para irme a la terminal, juntarme con los chicos y emprender rumbo a un lugar totalmente desconocido para mí. No sabía que estaba tomando una de las mejores decisiones de mi vida, me cambió por completo, me hizo ver las cosas de otra forma. Y además, se agregó un plus que ni se me pasaba por la cabeza: Conocer a dos amigos increíbles como Maxi y Fer. br /    Llegó el año 2017. De todos los eventos y actividades que tuve y tengo con el grupo, a éste lo sentí casi como propio. En el predio de La Rural se celebraron los 10 AÑOS de Apóstoles, algo indescriptible, soñado. Ver a Valeria y a Liliana realizadas, felices y orgullosas, ya no necesitaba nada más. Ya lo tenía todo. Solo me quedaba agradecer a Dios y a mi mamá del Cielo (así le digo a la Virgen). br /  En este 2019, le doy gracias a Dios por la vida que tengo, por las cosas buenas y malas que me pasaron a lo largo de mis 30 años, aunque sé que todavía me falta mucho para aprender y por vivir. Agradecer a María por iluminarme y ponerme en Apóstoles para, junto a los chicos, ir armando mi camino hacia La Patria Celestial, esos chicos que desde el primer momento me recibieron como uno más. Y un último gracias a las dos Fundadoras del Grupo, que hasta el día de hoy ni se imaginaron todo lo que hicieron. br /  Y a ustedes, jóvenes, adolescentes, o quizás padres o madres que están leyendo este escrito hecho por un enamorado de Dios, hoy les puedo decir que una de las mejores cosas que me paso en la vida es pertenecer a este grupo, las puertas de Apóstoles de Lourdes están siempre abiertas, no se van a arrepentir. /pp

Autor: Gonchi Becerra
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